Huir. Huir de todo, eso es lo que más de uno ha querido hacer en alguna ocasión con su vida para erradicar la monotonía y el hastío, para lo que hace falta mucha valentía. Razón por la que normalmente terminamos optando por un viajecito al primer sitio que pillamos por Internet.
Dejando atrás mis desvarios..., huir es precisamente lo que hace Simon, el prota de esta historia, un ejecutivo que un buen día se le cruzan los cables, decide hacer pellas en el trabajo e irse a donde el viento le lleve y así poder desconectar de todo, ¿con qué objetivo? Ni él mismo lo sabe...
Esta obra contiene una carga poética tremenda, que deja caer casi todo su peso narrativo en un dibujo extraordinario a base de pinceladas que derrochan expresividad y exponen al lector el interior de los personajes, como si tuviesen las cabezas abiertas y dejasen escapar sus pensamientos.
La verdad es que el señor Edmond Baudoin crea un obra gráfica entera a través de unos trazos que dejan en un segundo lugar al texto, arrebatándole todo el protagonismo.
En cuanto a la historia, que ya sabéis que no me gusta destriparla mucho, empieza bien, pero para mi gusto se diluye un poco al final, cayendo en algún caso puntual incluso en la ñoñería (si, ya se que mis dibujos también lo son a veces). A pesar de ésto, me parece una novela gráfica que no debéis dejar pasar y que sólo por su dibujo merece la pena.
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