jueves, 9 de febrero de 2012

living la vida sana

Resulta que un buen día, sin venir a cuento, empezó a dolerme la barriga, tanto, que ni siquiera me apetecía comer.

Así que tuve la feliz idea de ir al médico. Éste me dijo que tenía la tripa delicada, y que me olvidase de comer “porquerías” (dícese de todo alimento que está rico y engorda). Así que de la noche a la mañana me vi tomando unas pastillas con sabor a rayos y comiendo “sano” (dícese de todo alimento que no sabe a nada y no engorda).

Pero otro buen día me dio por probar esta caja de muesli (el interior, no el cartón) del Mercadona (os juro que no me pagan por publicidad; también os juro que no pongo más paréntesis), y me encantaron, es más, cuando me pongo a comerlas me tienen que arrancar el paquete de las manos. Son tan dulces, y tan crujientes, y están tan ricas con la leche, y con el Colacao, y con fruta,…

Desde entonces he encontrado un pequeño consuelo a mi forzada dieta de cosas “sanas” entre tanto alimento insípido (vale, un último paréntesis; dícese de aquello que no sabe absolutamente a nada).

Moraleja: si os duele la barriga, ni se os ocurra ir al médico.

1 comentario:

Xemy dijo...

Uo, tío, ¡eso hay que probarlo! (los cereales, no ir al médico)